031 - F*ck Pitchfork

Lee hasta abajo y entérate en qué gastó Nicolas Cage 150 mdd

Pitchfork es un scam. Bueno, no, la idea de que Pitchfork es, hoy en día, algo más que un sitio de música … es un scam.

Durante los años post-compra por Condé Nast —momento en el cual, definitivamente, pasó de ser un “blog” a una Publicación Seria— ha existido una especie de juicio público, en el cual la gente tomó bandos rivales: algunos comentan que es lo mejor que le podría haber pasado a un sitio que forjó el gusto de una generación entera, mientras que otros creen que ahora obedecen a los intereses y contratos de un conglomerado profundamente problemático, en lugar de a su brújula musical.

(Hasta el fundador, Ryan Schreiber, ya está escribiendo un libro con memorias de su tiempo al mando de Pitchfork—cimentando más y más el mito de que eran el tastemaker al que había que convencer para destacar en la industria)

La realidad se encuentra, más bien, en un hipotético punto medio.

Está claro de que ya no son el referente para descubrimiento y valoración de música1 porque las generaciones actuales se enteran de lo nuevo vía Instagram, TikTok y Twitter2. Sin embargo, una buena o mala reseña en Pitchfork sigue siendo un punto contencioso para tanto artistas como público, y un raro 10.0 continúa dictando la conversación por semanas—vaya, ¡sucedió apenas el año pasado con Fiona Apple!

El lugar de la crítica en el panorama de la música actual no está muy claro. Cada vez importan menos las listas de popularidad y las reseñas, porque lo que va a ser un éxito va a serlo a pesar de lo que la gente piense, en parte gracias a los stan armies. Quizá por eso, adelantándose a su pronunciada pérdida de relevancia, Pitchfork ha emprendido un ciclo de memorabilia en el que debutó un buscador histórico de reseñas, sus 25 años de trayectoria plasmados en 38 reseñas icónicas, y un compilado con estadísticas sobre su enorme acervo—una estrategia que intenta gritarle a las nuevas generaciones: “Hey, ¿eso que te gusta? ¡Nosotros lo descubrimos! ¡Y somos cool! ¡Y divertidos!”

Nostalgia sells, dicen los publicistas. En el caso de Pitchfork, me queda claro que sus 25 años anteriores3 serán recordados con mucha más calidez que sus siguientes 25; a fin de cuentas, a Future Nostalgia le dieron apenas un 7.5, y creo que no vieron su reflejo en el espejo negro al dar click a “publicar.”

Notitas musicales

  • 👩🏼‍🎤 Todo mundo escribió sobre Olivia Rodrigo, ahijada del newsletter, pero nadie capturó tan bien la esencia de su sonido como Chris, de Stereogum:

It feels like one of those albums that, while too flawed to be hailed as a masterpiece, will linger as a generational touchstone, a time capsule from an era when blockbuster pop music veered toward folk, rock, and searing vulnerability. If it errs on the basic side, it shows how much the basics have evolved, and it introduces Rodrigo as a compelling avatar for her generation’s shifting perspectives.

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Hold on, we’re going home 🏚

  • ⚡️ Si llegaste hasta aquí: Casas embrujadas. Castillos (plural). Cabezas de pigmeo. Pulpos de mascota. En todo esto y más se voló su fortuna de 150 mdd el queridísimo Nic Cage. (Gracias Lorena)

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